¿Me conviene mirar las estadísticas del blog?

Lo de las estadísticas es un arma de doble filo. Está bien tenerlas para ver qué entradas son más populares, o desde dónde te visita la gente, pero pueden desvirtuar tu idea original al escribir un blog.
Éste mío, por ejemplo, es un blog personal. Surgió con ese carácter y no pretendía ser ninguna otra cosa.
Cuando empecé con el blog pensé que sólo llegaría a gente de mi entorno, pero como os conté cuando mi desengaño morrocotudo con el visitante de Mountain View, ahora veo que lo lee mucha gente que no es de Granada y eso me empieza a condicionar a la hora de elegir lo que os cuento o dejo de contar.

Porque yo tenía una idea de lo que iba a ser el blog, que se resumía en un supuesto:

Suponiendo que tú y yo nos conociéramos, ¿de qué hablaría contigo si nos encontráramos en la calle o si quedáramos para tomar café?. Creo que ya os lo he dicho alguna vez, y si aún no lo he hecho, lo tenía pensado. Partiendo de ese supuesto, está bien que "te cuente mi vida" (y podrías llegar a encontrarla interesante) si vives en Granada, pero a alguien que se está conectando desde Quito (Ecuador) o desde Cali (Colombia), el que yo le cuente las tapas tan fabulosas que ponen en los bares de mi barrio, pues como que es un tema que le puede traer muy al fresco ¿no?.

El condicionante principal es el hecho de que éste no es un blog centrado en una temática en concreto. Vamos, que estaría feo que tú y yo nos encontráramos tres días a la semana por la calle y que las tres veces te hablara de tres formas de posicionar una página web, o de tres recetas distintas de cupcakes, o tres remedios para combatir las enfermedades con productos naturales... Pero es que la cosa no se quedaría ahí, sino que la semana siguiente, cuando volviéramos a encontrarnos, imagina que te volviera a hablar de los mismos temas.
Estooo, sí ya lo sé: Ahora no hablo más que de jerbitos, pero es una cosa puntual, puntual :-/ de verdad, se me pasará.

Que no dudo que hay bastantes probabilidades de que diera con un filón inagotable de comentarios sobre un tema en concreto, que apasionara a una persona en concreto ¿pero y a las demás?. Hace poco publiqué la entrada Tutoblog: cómo poner un enlace en una imagen porque dos personas me habían preguntado cómo hacerlo y sin embargo  me comentó mi hermana que se había aburrido enormemente con esa entrada porque, como ella no tiene pensado escribir un blog, es un tema que no le interesaba en absoluto.

Después de tantos años funcionando, en internet el 99% de la temática está ya "explotada" y hay cientos de blogs o foros hablando de los mismos temas, o a lo mejor solo hay uno o dos, pero son tan buenos que cualquier cosa que pudieras tú decir se quedaría en mantillas en comparación. Es lo que pasaría si, por ejemplo, a mí me diera por pontificar sobre el cuidado de los jerbos (mira tú :-D no sé por qué me habrá venido a la mente este ejemplo en particular), cuando ya existe el foro Hablemos de Jerbos que es el no va más en español sobre estos animalitos.

En cualquier caso, lo que me apetecía cuando empecé a acariciar la idea de escribir un blog no era centrarme en una misma temática, que para eso ya hay miles de blogs repitiéndose entre ellos, sino todo lo contrario, poder hablaros de todo un poco.

Como ya os dije cuando estaba en el Balneario de Graena con mi madre, ahora muchas veces pongo automáticamente el "pensamiento en modo blog" (ver entrada: El invento ideal) maquinando qué experiencia sería interesante contaros, por lo que puede decirse que os tengo en mente la mayor parte del día, aunque siempre desde mi entorno cotidiano, pero el hecho de que entréis al blog desde lugares tan diversos, como digo, está empezando a condicionarme, porque todas esas ideas que me vienen a la cabeza mientras ando por Granada, acaban -aunque yo no lo quiera- pasando una criba mucho más estricta que la que pasaban al principio. Ahora no sólo me pregunto: ¿Esto interesará a alguien? sino también ¿esto interesará a alguien en todos esos sitios tan lejanos, en distancia y costumbres, desde donde visitan el blog?
Y claro, miro las estadísticas de Histats y veo que hay un porcentaje mayor de visitas nuevas que de gente que repite y automáticamente me reprendo el no contaros cosas que os hagan querer volver a leer el blog. ¡Mal, muy mal, ese es un camino por el que no debiera encaminarme, porque Feliz Con Poca Cosa debe ser un divertimento que vosotros y yo compartimos, no una obligación creada para que me leáis ¿no es cierto?

Por cierto ¡miedo me da!, que acabo de descubrir, en la página de estadísticas, que hay gente que visita el blog a través de la página traducida por el traductor de Google ¡y éste traduce el nombre del blog como Happy little thing! Ni pensar quiero cómo traducirá las parrafadas que os largo :-/   ¡MadredeDiosdelamorhermoso!

En fin que, aunque es verdad que de vez en cuando te alegran el día (esa imagen es del 05 julio, que no todos los días paso de los cien visitantes, no vayáis a creer), está resultando que las estadísticas solo están sirviendo para restarle libertad al blog -¡ojalá algún bloguero o bloguera me contara cómo actúa en su caso!- y creo que no voy a tomarlas muy en cuenta y seguiré yendo "a mi bola" publicando lo que me parezca interesante en cada momento, así que podríais estiraros un poquillo y escribir de vez en cuando algún comentario que sepa que seguís a ese lado de la pantalla (todos los demás, no sólo Josiwells o Amarige que conocen el eslogan bloguero: Este blog vive de tus comentarios, y procuran darle la ración diaria de alimento)... que, visto lo visto hay mucho tímido por ahí ;-) y no puedo estar acumulando jerbitos para que me habléis (ha sido la entrada más comentada hasta ahora)

Pero que sepáis que aunque seáis callaícos, os quiero igual :-)
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