domingo, 16 de febrero de 2014

Noticias en positivo (16 ene 2014)

Buff, mucho tiempo sin traer nada a esta sección. Pero no importa porque seguro que vosotros habéis ido encontrando muchas noticias positivas aquí y allí en estos días. Entre la Navidad y los buenos propósitos que se hacen a principio del año, nunca faltan buenas noticias.

Para retomar este rinconcito, os dejo varias que he encontrado a lo largo de la semana. 

En el apartado de "orgullo de la tierra". ¡Olé ahí!

(pincha en la imagen para ir a la noticia en el ideal.es)
- - - - - -

El medioambiente nos depara otro poco de orgullo granadino (esta vez desde Motril)

(pincha en la imagen para ir a la noticia en el ideal.es)
- - - - - -

No podía faltar la noticia positiva en el campo de la medicina. Ésta nos puede abrir las puertas para conseguir que se aumente la edad a la que llegaremos con una buena calidad de vida:

(pincha en la imagen para ir a la noticia en el 20minutos.es)
- - - - - -

Y para finalizar, porque la vida siempre es una buena noticia.

(pincha en la imagen para ir a la noticia en el 20minutos.es)
- - - - - -

La frase que os dejo hoy es una estrofa de la canción Sé feliz...Es gratis! de la cantautora Rosana (Rosana Arbelo Gopar (Lanzarote, 1963) más conocida como Rosana, cantautora española con más de 10 millones de copias de sus discos vendidas en todo el mundo. La canción pertenece a su disco Magia, publicado en 2005)

Guarda los buenos recuerdos para los malos momentos y escucha... Apuntate a la vida, a decir lo que sientes, a sentir lo que vales, a soñar lo que quieres y a saber que te sobra con tener lo que tienes.

♥ ♥ ♥

miércoles, 12 de febrero de 2014

Una cesta de trapillo hecha en una hora

Este año el regalito de Navidad para las mujeres de familia fue artesano total: Unos duendecitos de Navidad (que ya os enseñaré) y una cesta hecha de trapillo. Los hombres se contentaron con un juego de destornilladores de precisión, porque como que no les pegaba lo de la cesta... Aunque luego mi hijo reclamó su duende, faltaría más.

Habréis visto las cestas de trapillo en cien páginas por internet, pero si aún no habéis dado con ellas, con poner en Google eso: Cesta de trapillo, salen quince mil páginas, sin exagerar ni mijita.

El caso es que le tenía ganas yo a lo del trapillo y compré una madeja en los chinos de mi barrio y una aguja del 10 y me puse con ello (después de la primera cesta, cambié la aguja a una del 15 porque yo hago el punto muy apretado)

Mi primera cesta de trapillo a punto para hacerle el borde

Vale, os dejo que me pongáis verde por la foto tan malísima, pero es que la hice con el móvil prehistórico y esa es la calidad que tenía. 
¡Ya me he cambiado el móvil! ¡Ya no tendré más excusas! :-D

Como la aguja es grande y el hilo más, se hace en cero coma. El esquema es de lo más simple:
Se empieza con un círculo mágico -magic loop para google, por si no os sale lo otro- porque ese modo de empezar, en lugar de hacer un aro de cadenetas, hace que se quede más cerrado el centro.
Antes de apretar el círculo mágico tejemos 6pb en él.
1v - 2pb en cada pb (12pb)
2v - Marcamos el inicio de la vuelta (por fin estrené los marcadores, porque para el hilo de algodón uso clips, que los marcadores son muy gordos y me abren el punto). Tejemos 1pb y 1 aumento con lo que obtenemos 18 puntos
3v - Marcamos el inicio y tejemos 1pb, 1pb, 1 aum (total 24pb)
4v - Marcamos el inicio y tejemos 1pb, 1pb, 1pb, 1 aum (total 32pb)
Esa medida es la que me gustaba de fondo, así que empecé a subir las paredes de la cesta.
Unimos al último punto de la vuelta anterior con un punto deslizado y subimos dos puntos de cadeneta, para dejar de tejer en espiral porque luego se nota el escalón.
Si te es más fácil seguir tejiendo en espiral, puedes subir las paredes y luego, en el cambio de color del borde, unir las vueltas con el punto deslizado y los dos puntos de cadeneta.
5v - 1pb en cada punto bajo, pero cogiendo sólo el hilo trasero del punto, para que la unión entre la base y las paredes quede más definida.
6v y siguientes - 1pb sobre cada pb
Cambiar el color para el borde. Hacer una vuelta y en la siguiente, disminuir unas cuatro o cinco veces para que el borde quede un poco más cerrado.
Y éste es el resultado de mi primera cesta de trapillo (el borde está hecho con lana gorda que tenía por casa, puesta doble, porque sólo había comprado el trapillo blanco y rosa)

Mi primera cesta de trapillo (para las pinzas de la ropa)

La verdad es que me gustó el resultado y, como la había hecho tan rápido, pensé que era el regalito ideal: Resultona y fácil de hacer, así que me embalé y aquí tenéis la producción completa:

Los regalos de Navidad acabados ¡qué cómodo esto del trapillo!

La presentación del regalo fue de lo más simple: La mitad de una hoja de papel celofán de colores para cada cesta. Se pone en el centro, se cogen los cuatro picos, los subes y los cierras con un lazo (a modo de huevo de pascua) y listo :-D

Además disfruté de la preparación un montón, porque hice un trueque con mi vecina, que es peluquera: Yo le enseñé a hacer cestas y ella me hizo un corte de pelo... Y además nos pegamos dos tardes de taller de costura y charla la mar de agradables.

¡Ah! por cierto, el mantel que cubre la mesa es una de mis labores de ganchillo serio (algún día le hago fotos a las puntillas y las colchas y os las enseño).

Animaos con el trapillo, que ya veréis lo que cunde y lo resultón que queda... Y ocasiones para hacer un regalito, tan apañao y hecho por uno mismo, no faltan :-)
♥ ♥ ♥

jueves, 6 de febrero de 2014

Cosas de la edad

Os contaba el otro día que el gen de abuela aún no se me ha desarrollado quizás por lo de haber sido madre tan tardíamente, pero lo cierto es que ser madre no es lo único que he hecho en esta vida con cierto retraso respecto a la edad normal. También empecé mi carrera universitaria a los 34, con lo cual estuve tres años en los que hacía "vida en común" con gente de 18 y tengo que reconocer que, cuando me deslizaba patinando por la rampita hacia la fotocopiadora, el que me dijeran lo de "ya me gustaría a mí llegar a tu edad con esa vitalidad" me ponía la moral en las nubes. Por cierto, ¿no es curioso lo angosta que es la percepción de las edades superiores a la tuya cuanto más jóven eres y cómo se amplía con el paso de los años?

Ya os he dicho en alguna ocasión que siempre he sido muy nintendera y a los cuarenta y muchos iba "haciendo gente" en el autobús porque me volví a enviciar con los juegos de Zelda y en cuanto me subía al bus sacaba la gameboy y a jugar como loca, y claro, eso en una señora cuarentona no acababa de estar bien visto y la gente me miraba de reojo... e incluso descaradamente. En aquellos tiempos pensaba de vez en cuando: ¡Soy la vergüenza de los de mi edad! pero por otro lado, leí hace poco que las edades del hombre cada vez se retrasan más: que ahora eres adolescente hasta los dieciocho; joven hasta la treintena; adulto en la cuarentena; maduro al cumplir los cincuenta... y anciano a los ochenta (con un intermedio sesenta/setenta aún por nominar: senior, edad dorada... así que, aunque ya era adulta, como aún no era una persona madura, muy bien podía darme ese pequeño capricho y pasmar al personal :-D

Mafalda, como siempre, muy acertada en sus apreciaciones

Llega un momento en que, poco a poco, las circunstancias te van colocando en la edad que te corresponde... Más que las circunstancias, la salud, que el refrán de los cuarenta p'arriba no perdona, pero también es gratificante ver que estás en un escenario común a la gente de tu edad y que lo que tú cuentas que te pasa y lo que ellos te cuentan que les pasa es prácticamente lo mismo -buenooo, digamos que casi todo, que lo de la abuelez ya sabéis que no-

Seguramente muchos recordaréis esta gracieta que corría por los correos-e hace una década, cuando no había whatsapp ni twitter por donde difundir estas cosas. Hoy la he encontrado revisando emilios antiguos, que ya os he dicho más de una vez que me cuesta hacer limpieza y desprenderme de los trastos, aunque sea virtualmente.
¿Creíamos que no nos llegaría nunca? Y eso que ya acababa avisándolo...

Subject: FW: Cosas de la edad.

Me han diagnosticado que padezco SADAE (Síndrome de Atención Deficiente Activado por la Edad)

Se manifiesta así:
Decido lavar el coche. Al ir hacia el garaje, veo que hay correo en la mesita de la entrada.
Decido echar un vistazo a las cartas antes de lavar el coche.
Dejo las llaves del coche en la mesita, voy a tirar los sobres vacíos y los anuncios en el cubo de la basura y me doy cuenta de que está lleno.
Decido dejar las cartas, entre las que hay una factura, en la mesita y llevar el cubo a vaciar en el contenedor.
Entonces pienso que, ya que voy al contenedor, puedo pagar la factura con un cheque y echarlo en el buzón que está al lado del contenedor.
Saco del bolsillo el talonario de cheques y veo que solo queda uno.
Voy al despacho a buscar otro talonario y encuentro sobre la mesa la CocaCola que me estaba bebiendo y se me había quedado olvidada.
Retiro la lata para que no se vierta sobre los papeles y noto que se está calentando, por lo que decido llevarla a la nevera.
Al ir hacia la cocina me fijo en que el jarrón de flores de la cómoda de la entrada está sin agua.
Dejo la CocaCola sobre la cómoda y descubro las gafas de cerca que he estado buscando toda la mañana.
Decido llevarlas a mi escritorio en el despacho y, después, poner agua a las flores.
Llevo las gafas al despacho, lleno una jarra de agua en la cocina y, de repente, veo el mando del televisor. Alguien se lo ha dejado en la mesa de la cocina.
Me acuerdo de que anoche lo estuvimos buscando como locos. Decido llevarlo al salón, donde debe estar, en cuanto ponga el agua a las flores. Echo un poquito de agua a las flores y la mayor parte se derrama por el suelo.
Por lo tanto vuelvo a la cocina, dejo el mando sobre la mesa y cojo unos trapos para secar el agua. Voy hacia el hall tratando de recordar qué es lo que quería hacer con estos trapos...
Al final de la tarde el coche sigue sin lavar, no he pagado la factura, el cubo de la basura está lleno, hay una lata de CocaCola caliente en la cómoda, las flores siguen sin agua, sigue habiendo un solo cheque en mi talonario, no consigo encontrar el mando de la tele ni mis gafas de cerca, hay una fea mancha en el parquet de la entrada y no tengo ni idea de dónde están las llaves del coche.
Me quedo pensando cómo puede ser que sin haber hecho nada en toda la tarde haya estado todo el rato danzando y me encuentre tan cansado.
Hazme un favor: envía este mensaje a todos los que conozcas, porque no me acuerdo bien de a quién se lo he enviado...
Y no te rías, porque si aún no te ha llegado, ya caerá, ANIMO. 

Os lo cuento porque ayer volvía yo con el plato del desayuno hacia la cocina cuando vi la funda del móvil en la mesa del salón. Dejé el plato, cogí la funda, me puse a buscar el móvil en el bolso, entonces recordé que tenía que meter una bolsa de plástico en el bolso, que siempre llevo una para las compras imprevistas, fui al lavadero a buscarla y, como aún llevaba la funda del móvil, la dejé encima de la lavadora... En fin, para qué os voy a contar. Varias horas después me volví loca buscando la funda del móvil y fue cuando, además, me encontré el plato del desayuno en la mesa del salón.
Pues así, prácticamente todos los días. Aunque nada que ver con el día que encontré por fin el monedero en el primer cajón del congelador, después de hacer un exhaustivo repaso de todos los movimientos que había hecho desde que volví con la compra, que, mirándolo por el lado bueno, es un ejercicio impresionante para mantener la memoria funcionando ;-)

Y seguramente debe ser por esas vueltas y revueltas que hacemos en la edad adulta para tenerlo todo controlado, porque ¡mira que tengo tiempo ahora para hacer cualquier cosa!... Pues me voy liando, me voy liando, y de pronto miro por la ventana y se ha echado la noche encima y me admiro de a dónde se supone que se me han ido todas las horas del día. Cada noche tengo la sensación de que el día ha pasado como un tren de alta velocidad y ni me he enterado. 

Y encima me junto con los amigos y me preguntan eso de ¿pero tú ahora qué haces con tanto tiempo libre? ¿No haces nada de provecho?

Maneras de ver la vida. Como si leer, ver tooodas mis series favoritas, hacer tonterías de ganchillo -y sienes y sienes de bufandas-, jugar a mis juegos preferidos de buscar objetos en la tablet, escribir en el blog, contar las cositas de mis jerbos en los foros (de jerbos), socializar con los amigos en los otros foros, pasear por el barrio con y sin rumbo fijo... y todas esas cosillas en las que se me van los días no fueran nada de provecho... A mi edad.
♥ ♥ ♥

domingo, 2 de febrero de 2014

¿Cómo no se me ha ocurrido antes? (segunda recopilación)

Vuelvo a traeros unas cuantas ideas originales que he ido viendo por Internet. Ya sabéis: El truco del almendruco, como yo digo. Ideas que nos pueden hacer más sencillo algún gesto cotidiano.
Son esa clase de cosas que las ves y piensas ¿cómo no se me ha ocurrido antes?
Esta vez son todas sacadas de webs tipo Lifehacks o BuzzFeed (os pongo los enlaces a la versión en español).

Aquí van unas cuantas soluciones prácticas y baratas para
  • No dejarte las uñas añadiendo llaves al llavero
  • Mantener tus papeles de regalo perfectamente enrollados
  • Sujetar un clavo para clavarlo sin peligro 
  • Tener ordenados todos los cables de tus cargadores
  • Que tu hijo pequeño no se caiga de la cama

No sé vosotros, pero a mí lo de añadir, cambiar o quitar llaves del llavero me mata porque me dejo los dedos en el intento... Bueno, me mataba hasta que descubrí este magnífico y sencillo truco: Usar un quitagrapas para mantener las dos partes de la anilla abiertas.

Dedos a salvo y mucho más fácil



Ya sabéis que con lo de mis jerbillos ando recopilando el cartón de los rollos de papel higiénico de media Granada. Pero además de servir de entretenimiento para los roedores, tienen muchas otras aplicaciones y ésta me ha parecido muy útil porque los rollos de papel de regalo, en cuanto les quitas el plástico o el cierre que los sujeta, tienden a expandirse y a arrugarse hasta quedar inutilizados. La solución: Cortar un rollo de papel higiénico e introducir el de papel de regalo dentro.

Un cierre improvisado con rollos de papel higiénico



No es que me haya chafado el dedo nunca clavando un clavo... Pero el temor está ahí cada vez que se pone una bricolajera (que no es muy a menudo, para qué vamos a engañarnos).
Dos buenas ideas para martillear sin temor:

Sujeta el clavo entre los dientes de un peine para que quede en su sitio y tus dedos a salvo y lejos del martillo.

Usa un peine para no chafarte un dedo con el martillo


Personalmente me gusta más la siguiente: Usar una pinza de la ropa para sujetar el clavo, porque me parece que se sujeta mejor que con el peine, pero cualquiera de las dos cumple su función.

Usa una pinza de la ropa para no chafarte un dedo con el martillo



En casa hay sienes y sienes de cacharritos electrónicos: Discos duros, multimedias, teléfonos móviles, tablet, notebooks... que podían tener un solo cable o un solo cargador, pero no, cada uno tiene el suyo y es un follón de cables de mucho cuidado, así que esta idea me ha venido como agua de mayo:
Usar clips de papelería para sujetar cada cable a la estantería y tenerlos todos ordenados.
Aviso: Tienen que ser tamaño grande, que si son medianos cuesta meter el extremo y dejaría de ser práctico.

Todos los cables por fin en orden



Y acabo con una que, de momento, ya no me hace falta, pero que seguro que os viene bien a más de uno. La he encontrado superoriginal:
Tu hijo ya no duerme en cuna pero aún no controla los límites de la cama y se cae a veces. Pon un churro de piscina pegado al borde de la cama por debajo de sábana bajera ajustable. Servirá como mini-parapeto.





:-D Esto es todo en esta segunda entrega. Como siempre, os pido que, si tenéis algún buen truquillo, o lo habéis encontrado por la Red, escribáis un comentario contándolo, que seguro que a alguien "le soluciona un poco la vida".
♥ ♥ ♥