Es sencillo. En el espacio que ocupa una lata vacía, cabrán tres, con lo cual podrás demorar tus desplazamientos al contenedor amarillo.
Mi primer chafalatas, que conseguí con los puntos de La Caixa, era muy simpático: Una rana, que se usaba pisándole la cabeza. Divertido pero un tanto endeble.
El modelo definitivo, para mi gusto, lo había visto en casa de mi amigo Beto, y era de pared. Estuve buscándolo un montón de tiempo hasta que lo encontré en la ferretería Ruiz Pozo, en la calle Luis Braille, una transversal de Recogidas... Y además baratísimo, solo a 10€ (si buscas por internet verás que no bajan de 18€).
(pincha en la imagen para verlo con más detalle)
Aunque el funcionamiento es más sencillo que el comer, tiene su truquillo. Tienes que apretar un poco la lata para deformarla antes de colocarla en "posición de chafado", ya que si no lo haces, presenta una resistencia uniforme y acabas cargándote el aparatejo.
Superpráctico ;-)
Y, ya que estamos, aprovecho para poner un recordatorio de lo que puede ir al contenedor amarillo:
(pincha en la imagen para verla a mayor tamaño)
Ya sabemos: Un pequeño gesto para ti. Un gran beneficio para el planeta.
♥ ♥ ♥
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