domingo, 12 de mayo de 2013

La historia de Irena Sendler

Según el Talmud, en cada generación el mundo depende de 36 justos. Hoy se cumplen cinco años de la muerte de uno de esos justos.
El 5 de mayo de 2008, a los 98 años de edad, moría El ángel de Varsovia: Irena Sendlerowa. Durante años la historia de esta mujer permaneció en el olvido de la memoria colectiva mundial, incluso en su propio país, donde merced al oscurantismo comunista, solo unos pocos historiadores la conocían. Es en 1999 cuando su historia se da a conocer, gracias a un grupo de alumnos de un instituto de Kansas y a su trabajo de final de curso sobre los héroes del Holocausto. En su investigación consiguieron muy pocas referencias sobre Irena y su hazaña ¿Cómo es posible que apenas hubiese información sobre una persona así? La gran sorpresa llegó cuando tras buscar la tumba de Irena, descubrieron que aún vivía.
Por su labor, fue propuesta en 2007 por Polonia para recibir el premio Nobel de la Paz, que finalmente fue a parar al norteamericano Al Gore por su divulgación sobre el cambio climático (sin comentarios).

Hoy quiero rendirle homenaje recordando su historia.




Irena Sendler en 1944

Irena Sendler nació como Irena Krzyzanowska en Polonia el 15 de febrero de 1910, en un pueblo llamado Otwock a 23 kilómetros al sudeste de Varsovia.
Su padre, Stanislaw Krzyzanowski, un médico que contaba mayormente con pacientes judíos pobres, fue activista del partido socialista polaco (PSP). Sus ideas fueron una gran influencia para la joven Irena ya que desde su infancia, vivió en un ambiente de simpatía hacia los judíos y tras la muerte de su padre, que se produjo en 1917 a causa de un tifus contraído al tratar a varios pacientes, algunos de ellos judíos rechazados por sus colegas, los líderes de la comunidad judía ofrecieron pagar los estudios de Irena.
En la Polonia de pre-guerra, Irena, que estudiaba literatura polaca, se opuso al sistema de discriminación adoptado por algunas universidades, como resultado de lo cual fue suspendida en la Universidad de Varsovia durante tres años. Pertenece a la izquierdista Unión de la Juventud Democrática y finalmente se une al PSP.

Cuando Alemania invadió Polonia en 1939, Irena trabajaba en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia que llevaba los comedores comunitarios de la ciudad. Estos comedores no sólo proporcionaban comida, asistencia financiera y otros servicios para huérfanos, ancianos y pobres; sino que, gracias a Irena, a ello sumaron la entrega de ropa, medicinas y dinero a las familias judías. Para evitar las inspecciones, se las registraba bajo nombres católicos ficticios y se las anotaba como pacientes de enfermedades muy contagiosas como el tifus o la tuberculosis.

Pero en 1942, se cierra un área de la ciudad para que en ella se alojen todos los judíos de la urbe. En este área, que fue tristemente conocida como el Ghetto de Varsovia, las familias judías sólo podían esperar una muerte segura y eran miles de personas las que morían al mes de hambre y enfermedades.
Horrorizada por las condiciones en que vivían los judíos, Irena se unió a Zegota, nombre en clave del Comité Provisorio de Ayuda a los Judíos, una organización secreta en la Polonia ocupada por Alemania desde 1942 hasta 1945, que fue fundada como un "Comité de Asistencia Civil que proveerá alivio a los judíos que sufren persecución".

Irena logró obtener un pase del Departamento de Control Epidémico de Varsovia para poder entrar al gueto de forma legal. Iba diariamente con el fin de establecer contactos, llevar comida, medicinas y ropa vistiendo un brazalete con una estrella como signo de su solidaridad para con los judíos.

Pronto se dio cuenta de que la única salvación para los niños judíos era sacarlos del gueto, pero lo más difícil era persuadir a los padres de que se separaran de sus hijos. Recuerda en las entrevistas que le han realizado, cómo los angustiados padres querían que les garantizara: "¿Puedes asegurar que vivirá?" Pero sólo podía garantizar que morirían si se quedaban. "En mis sueños, todavía puedo oírlos llorar cuando dejaban a sus padres", dice.

Comenzó a sacar a los niños en una ambulancia como víctimas del tifus. Para disimular los llantos llevaban un perro al que habían entrenado para que ladrara fieramente a los soldados al pasar los controles. En pleno proceso de salvamento de criaturas, las sacaban del gueto aprovechando cualquier elemento susceptible de esconder a un niño, ya fueran sacos de patatas, cestos de basura, cajas de herramientas, ataúdes... Otra vía de escape era una iglesia que tenía dos accesos, uno del lado del gueto y el otro en el lado ario de Varsovia. Los chicos entraban a la iglesia por un lado como judíos y salían por el otro como cristianos.

Irena contaba con la colaboración de al menos una persona en cada uno de los diez centros del Departamento de Bienestar Social y con su ayuda, elaboró cientos de documentos falsos dándole identidades temporales a los niños judíos.

El rescate de un niño requería la ayuda de muchas personas. Primero eran transportados a unidades de Atención de Emergencia - una institución dedicada a la educación y la atención de los jóvenes (Pogotowie Opiekuncze) - y más tarde les encontraba un lugar seguro en casas, orfanatos y conventos. "Envié a la mayoría de los niños a establecimientos religiosos... Sabía que podía contar con las hermanas" - recuerda. Aunque no era fácil encontrar familias que quisieran dar cobijo a niños judíos, tuvo una gran cooperación para instalar tanto a los pequeños como a los más grandes: "Nunca nadie se negó a aceptarme un niño" dice.

Irena tomaba nota, por medio de una codificación, de los nombres de los niños y de sus nuevas identidades. Esos registros con sus verdaderas identidades los conservaba en frascos enterrados debajo de un manzano en el patio de un vecino, frente a los barracones alemanes, con la esperanza de poder desenterrarlos algún día, encontrar a los niños e informarles de su pasado.

En total, los frascos contenían los nombres de 2.500 niños.

Finalmente lo nazis se dieron cuenta de sus actividades y, el 20 de octubre de 1943, Irena fue detenida y encarcelada por la Gestapo. Aunque era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos, soportó la tortura (le quebraron los pies y las piernas) pero se negó a traicionar a los demás activistas o a cualquiera de los niños ocultos. Pasó tres meses en la prisión de Pawiak donde fue sentenciada a muerte.

Mientras esperaba la ejecución, fue requerida por un soldado alemán para un último interrogatorio. Al salir, le gritó en polaco "¡Corra!" Al día siguiente su nombre aparecía en la lista de polacos ejecutados. Los miembros de Zegota habían logrado detener la ejecución sobornando a los alemanes e Irena continuó trabajando con una identidad falsa.

Al finalizar la guerra, Irena desenterró los frascos y utilizó las notas para encontrar a los 2.500 niños a los que había dado una nueva identidad y reunió a los que pudo con sus parientes diseminados por toda Europa, aunque la mayoría de los familiares habían muerto en los campos de concentración nazis.

En 1965 la organización Yad Vashem - institución oficial israelí constituida en memoria de las víctimas del Holocausto - en Jerusalén le otorgó el título de Justa entre las Naciones y la nombró ciudadana honoraria de Israel.

Yad Vashem - Museo del Holocausto.

Aunque los niños sólo la conocían por su nombre clave Jolanta, muchos contactaron con ella a raíz de aparecer en la prensa por este motivo. "Un hombre, un pintor, me telefoneó. - cuenta Sendler - Recuerdo tu cara, - me dijo - eres tú quién me sacó del gueto" - y añade - "Recibí muchas llamadas como esa".

Tras la guerra siguió trabajando para Bienestar Social y ayudando a crear casas para ancianos, orfanatos y el servicio de Atención de Emergencia para niños.

Irena Sendler a la edad de 97 años

Los últimos años de su vida vivió en un asilo, en silla de ruedas, debido a las secuelas de las torturas en las piernas, en una habitación donde nunca faltaron ramos de flores y tarjetas de agradecimiento procedentes del mundo entero. En su habitación tenía cientos de fotos con algunos de aquellos niños sobrevivientes o bien con los hijos de éstos, que la visitaban a menudo. Siempre que se le preguntaba sobre el tema, Irena decía que no se consideraba una heroína. En una entrevista para la televisión francesa (que puedes ver en este vídeo en Youtube, subtitulada en español) se lamenta: "Todo el tiempo tuve la sensación de no haber hecho lo suficiente. Podría haber hecho más. Ese pesar me perseguirá hasta la muerte" y añade "Para salvarlos, había que, sobre todo, desearlo. Y luego no había que tener miedo."



En 2009 su historia se plasmó en una película protagonizada por Anna Paquin: The Courageous Heart of Irena Sendler que podéis ver online, subtitulada en español en gloria.tv


También os puede interesar visitar:
Life in a jar. The Irena Sendler Project (Web del Proyecto Life in a jar - La vida en un tarro - que surgió del trabajo estudiantil que "descubrió" la historia de Irena y que está dedicada a su memoria)
Irena Sendler en wikipedia
Yad Vashem en wikipedia
La Fundación Internacional Raoul Wallenberg (Organización no Gubernamental cuya misión es desarrollar proyectos educativos y de divulgación que promuevan el ejercicio de los valores de solidaridad y coraje cívico que animaron las gestas de los Salvadores del Holocausto)
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